¿Hay niños en Medio Oriente? |
Por Carlos Romano Para LA NACION |
El niño, con su dignidad de persona, es sujeto de derecho sin responsabilidad frente a lo que nos pasa. En su carácter de ser violentado que sin embargo no nos agrede, es persona excelsa, dueña del futuro de la humanidad. No pierdo el asombro ante la inconsciencia y el silencio. Desde un punto de vista general, se advierte que mandatarios, juristas y cronistas parecen no percatarse de que existen niños en Medio Oriente, y de que hay tratados humanitarios que deben ser cumplidos, además de otros que deberían ser firmados para resguardar a la niñez en casos de conflictos armados. Esto es especialmente importante cuando las hostilidades han sido previstas durante mucho tiempo, y cuando se encuentra perfectamente definida la zona en crisis. Si no alcanzan la prudencia y el amor, señores, deberían ser atendidas las reglas y las leyes. La Convención sobre los Derechos del Niño fue firmada en 1989 en Nueva York, y quizá sea el convenio multilateral con mayor cantidad de países suscriptores y adherentes. Todos ellos se han obligado a respetar y asegurar estos "reconocimientos a la infancia propios del orden natural" (artículo 2), como parte del respeto por el derecho intrínseco a la vida que tiene todo niño, garantizando también "su supervivencia y desarrollo" (artículo 6). ¿Por qué desde el estrado de los responsables de la ONU no se atiende a estas normas, ampliadas y subrayadas en los artículos 38 y 22? El artículo 38 se refiere al derecho internacional humanitario y los conflictos armados en lo pertinente a los niños, de los que dice que deben ser protegidos, adoptando todas las medidas posibles para cumplir con este deber. Para más, el artículo 22 alude a medidas para el niño que trate de obtener el estatuto de refugiado o que fuere considerado refugiado, y nuevamente discurre en torno de la asistencia y el resguardo. No voy a dudar sobre si en verdad se considera a la guerra en Irak como una circunstancia no querida, pero lo cierto es que puedo decir a los gobiernos que de todos modos deben cuidar estos "detalles". Razones humanitarias indican que aquel que considere justificado atacar en una zona circunscripta debe primero adoptar las medidas necesarias para que los niños puedan adquirir status de refugiados. Es más: la ONU o algún funcionario de la diplomacia de cualquier país, deberían trabajar sobre convenios para casos de guerra, con el fin de que los Estados adviertan que se atenta contra la seguridad jurídica global no sólo por ser deudores externos, sino principalmente por convertir en letra hueca el espíritu de un tratado internacional. Olvido asombroso ¿Es que no hay un comité que supervise la observancia de la Convención sobre los Derechos del Niño en la ONU? En tanto, ¿qué dice la Unicef? ¿Y el dictador iraquí no sabe que tiene niños en su patria? Desprecio al terrorismo, que en ninguna instancia respeta la presencia de un niño, pero termino también asombrado pensando que la política y la diplomacia todavía no alcanzan un derrotero que la humanidad debería privilegiar en casos tan extremos. Debemos pensar en los niños antes que en las guerras, antes que en la economía y antes que en las cuestiones del poder. Llamo a un acuerdo internacional para que se facilite la obtención del carácter de refugiado a todo niño en zona de futuras y presentes hostilidades. Ojalá que mi país sea un lugar abierto y generoso en tal sentido. El autor es juez de familia. Consejero jurídico de la Fundación Niños Unidos para el Mundo. |
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